EUROPA

A veces, no hace falta ir al otro lado del mundo para dejarse maravillar.

A nuestros ojos de europeos, un viaje por Europa puede carecer del exotismo de Asia, de la adrenalina de Sudamérica o de los grandes espacios de Norteamérica y Australia. Y, sin embargo, Europa es también un terreno de juego inagotable, que demasiadas veces he dado por sentado. Absorbidos por la rutina y el día a día, es fácil olvidar la riqueza que nos rodea. Pero basta con mirar dos veces para darnos cuenta de que la diversidad cultural –y natural– del Viejo Continente tiene pocos equivalentes. Explorar Europa es simplemente viajar de otra manera. Unas pocas horas en tren, coche o avión –para los más impacientes– son suficientes para sumergirse en una cultura completamente nueva.

Desde la deslumbrante arquitectura de París hasta la energía vibrante de Madrid, pasando por la elegancia de Londres, el encanto de Roma o el magnetismo de Lisboa, cada país europeo tiene su propia cultura, su propia estética y su propia historia. Europa es un continente que se descubre en plural.

Más allá de las grandes capitales, una escapada por Europa permite descubrir paisajes naturales increíbles, una gastronomía innovadora y pueblos cargados de historia. Es esta diversidad la que hace que nuestro continente sea tan especial.

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